Horas sin control

Lo intento.

No hay palabras mágicas, no hay pociones, no hay nada que me alivie.

Durante el día puedo manejarlo, no pienso en ellas, no me preocupo ni las tengo en cuenta.

Al llegar a casa ya no se contienen.

Probé todas las opciones; quise comprenderlas y saber por que, evite comer antes de ir a dormir, practique yoga durante varios meses para eliminar el estrés, tome medicinas, dormí mas horas y luego dormí menos, cambie de habitación, realice mas ejercicio, busque lugares felices, tuve pensamientos agradables y me relaje.

Nada las calmo, nada las ahuyento, con nada pude controlarlas.

Antes al despertar te encontraba a mi lado, ahora solo encuentro oscuridad.

Sé que no podía pedirte que te quedaras y no podía aceptar que te fueras; desde ese momento todo empeoro, sos una razón mas por la cual temer.

Oscuridad, falta de fuerza, dolor, soledad, ansiedad.

Me tiembla el cuerpo y grito pero no tengo voz, nadie me escucha, nadie me despierta.

Me paralizo, estoy sola contra una multitud que no logro ver, que no puedo escuchar ni tocar, no se quienes son o que quieren de mí. Se que lo logran, que me quitan la respiración y me aceleran el corazón. 

Si tan solo pudiera escaparme, salir de ahí o despertar, solo despertar.

Suena el despertador, las siete a.m, me veo en el espejo y descubro las mismas ojeras que el día anterior; el mismo dolor de cabeza y la misma pesadez en el cuerpo. Otra noche sin poder dormir, otra noche.

Sabes, se que voy a lograrlo, que voy a hacerlas desaparecer, que voy a recuperar el control total sobre mi; las veinticuatro horas del día.

Por el momento lo que tengo son horas sin control.