Ah pasado de nuevo.

Ah pasado de nuevo.

Es la quinta noche, de otro mes, y se me hace imposible acostumbrarme.

Me gustaría decirte que nada cambio, que tu partida ni se ha notado y que nada me afecta en magnitud.

Pero estaría mintiendo y de una manera terrible, aunque eso no seria lo peor de todo, sino saber que te darías cuenta.

No se mentir(te), no puedo contigo.

Lo he intentado, una y otra vez, pero siempre logras descubrirme.

Al menos, lo hacías.

Quizás, en este tiempo que no me has visto he mejorado, ¿quien puede saberlo?

Yo no lo se, no he vuelto a intentarlo.

Ah pasado de nuevo.

Es la quinta noche, de otro mes, y no puedo acostumbrarme aún.

Miro el reloj y no ha pasado un minuto de la última vez.

Me despierta el calor y el frío; mi transpiración, mi respiración agitada y mis temblores.

La batalla entre mis sueños y mis pesadillas, sigue vigente.

Ruego porque termine.

No lo soporto, no lo haré una noche mas.

Soñar que hicimos el amor como siempre, y en un segundo soñar que todo se vuelve una pesadilla; que te levantas de la cama y me dejas sola, desprotegida y sin amor.

Sin tu amor.

Entonces de pronto, mi pesadilla se vuelve realidad. 

Te busco, pero no puedo encontrarte; no escuchas mi voz pronunciar tu nombre y tu lado de la cama sigue tan frío como la última vez que estuviste ahí.

Ah pasado de nuevo.

Es la quinta noche, de otro mes, y he logrado acostumbrarme. 

Vamos cariño que duele saber que no te quito el sueño, pero ya no duele tanto el saber que tú tampoco me lo quitas a mí.