¿Qué duele más?
¿Qué terminen contigo o la forma en que lo
hagan?
Las relaciones de por si son complicadas, pero
cuando uno de los dos quiere más, ahí se vuelve aún más complicado.
¿Cómo dejar a una persona que amas, pero que no
te ama?
Es tanto lo que uno quiere que la idea de
terminar esa relación parece imposible; pero si no recibes lo que das, ¿por qué
sufrir así?
Aunque debemos admitir que cada uno forja su
destino amoroso como quiere.
Por ejemplo.
Conoces a tu pareja en un boliche, en un bar o
en un viaje; la pasan genial, se enamoran (a pesar de que uno de los dos, ya
estaba en pareja) y de repente, viven juntos.
Un viernes él te comenta que va a salir con sus
amigos a un bar o que tiene un viaje de
negocios el fin de semana; a la hora de irse aflora en vos una sensación de
celos e inseguridad que nada puede devolverte la calma, te haces una película
terrible y cuando vuelve a tu lado, el planteo que le haces es tan grande que
no te habla por dos días.
Esto hay que verlo desde dos lados de la
habitación; una esquina siente inseguridad de que suceda lo mismo que ya
sucedió. Que salga, conozca a alguien más y te deje.
La otra esquina siente un dolor en su orgullo,
¿cómo podrías pensar que sería capaz de engañarte y dar por terminada su
relación?
Pero si ambos ya lo hicieron, ¿por qué no lo
volverían a hacer?
Empezar algo, es aceptar una responsabilidad y
arriesgarse a que todo puede pasar; pero termina es algo totalmente distinto.
Terminar es terminar.
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