El tiempo que duro lo nuestro, fue el mejor.
Ese si que no fue un romance de verano, nosotros lo llamabamos romance de intercambio.
Solo me quedaria cuatro meses, hasta que terminara mi pasantia de Medicina, y luego dejaria de invadirte.
Hacia tres años que trabajabas en ese hospital, segun me contaste, nunca nadie te habia molestado tanto como yo.
No es que lo hiciera aproposito, ser asi era mi personalidad, aunque debemos confesar (ambos) que eso nos acerco.
Lo nuestro fue una constante aventura; cruzarte en los pasillos y que seas el Dr. mientras que yo era la pasante, perdernos en la biblioteca y entre libros aprender mas de tu anatomia, pedirte una consulta sobre el estado de mi corazon y rogar que pudieses encontrar el porque de que mi mente no dejara de pensarte.
Fuera de los turnos, no habia segundo en el que me alejara de ti, debia aprovechar todo el tiempo que estuviese contigo. Mientras pasaban los dias, mi pasantia se terminaba y con ella, terminaba lo nuestro.
No es que creyese que no fuese a funcionar luego de esos cuatro meses; pero simplemente, no era mi lugar. Mi familia estaba lejos, y ninguno de los dos iba a dejar su carrera y su hogar por el otro.
Nos queriamos demasiado, pero no suficiente.
Asi y todo, debo decir que el tiempo que duro lo nuestro, fue el mejor.
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