No puedes imaginar cuánto me encantas.
No tienes idea de lo mucho que te deseo.
Sabes que nada lo hago a propósito, para
molestarte, ni mucho más.
Tienes que entender, que aún sigue siendo
difícil para mí.
No es cuestión de confianza ni de cariño.
¿Si confío en ti?
Por supuesto.
¿Si me haces sentir segura?
Todo el tiempo.
¿Si te quiero?
Más de lo que te digo.
Es solo vulnerabilidad.
Cuando estoy contigo, instantáneamente se cae mi
coraza y ya no tengo ningún escudo que me proteja.
No es que tenga que protegerme de ti, sino de
mí.
Sé que no me lastimarías, sé que me quieres.
Estoy desnuda ante ti, literalmente (y no
literalmente, también).
Es vulnerabilidad lo que siento cuando estoy
contigo y sin ti, no puedo evitarlo.
Es como si desde el preciso momento en que te
volviste mío, yo me volví tuya también.
Y honestamente, es algo que me asusta.
Eres el primero en hacerme sentir tantas cosas
juntas que no puedo explicar.
Eres el primero en lograr que quiera tanto a una
persona en tan poco tiempo.
Eres el primero que no quiero dejar.
Y cada día me convenzo más de que lo siento por
vos, no es cariño.
Es amor.
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Yo quiero contarte algo. Vos, ¿que me contas?