¡Cuántas demostraciones de amor!
Son todas hermosas, sin importar lo que sean,
cuanto duren o el valor que tengan.
Yo considero que si uno está enamorado y quiere
de verdad; lo que el otro haga por uno (y viceversa) va a ser lindo siempre; va
a durar todo el tiempo que queramos hacerlo durar y el valor puede ser inmenso
si lo tazamos con la medida correcta.
No creo necesario un súper regalo, o una
demostración sin comparación para hacer saber que queremos y que lo hacemos
sinceramente.
Obviamente siempre hallamos la forma de agregar
a eso, un presente.
Pero depende del valor que también nosotros le
damos a esas demostraciones.
A mí, por ejemplo, me gusta escuchar que él, me
ama.
Que me quiere, que me extraña, que le encanta
algo de mí (que hasta que él me lo dijo, nunca me había gustado).
Él me convierte en una persona mucho más
sencilla de la que ya soy; me hace decir cosas que antes, solo había imaginado.
Es que él, supera mi imaginación; supera todo lo
que yo hubiese querido tener del chico que soñaba para mí.
Ahora veo más claro que en estas cuestiones de
amor, nada se decide; todo se da, como se tiene que dar.
Si él apareció en mi vida, es solo y
exclusivamente porque yo tenía que encontrarlo, más allá del resultado que
después tuviesen nuestras vidas juntas o no.
Y esto, no es nada más ni nada menos que otra de
mis demostraciones de amor para él.
Es el día de San Valentín y todo está permitido para
contarle que también lo amo.
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