Miro por la ventana.
Quiero encontrar algo nuevo, pero veo la ciudad, otra vez.
Miro por la ventana y veo caos.
Edificios altos, carteles luminosos (que se ven aún al mediodia), trenes larguisimos, autopistas interminables, autos por doquier y barcos enormes.
Miro por la ventana y deseo encontrar algo distinto.
Un cielo repleto de estrellas, edificios no tan altos, las calles no tan llenas, el mar azul.
Miro por la ventana y veo la ciudad, otra vez.
Voy a trabajar escuchando la musica que me encanta, perdida entre notas y letras.
A lo lejos se escuchan las sirenas de algun camion de bomberos, una orquesta de bocinas, motores e insultos. Estoy llegando al local donde trabajo, se largo a llover.
Lo mas probable es que vuelva a salir el sol durante mi turno y que cuando sea la hora de irme, se largue la lluvia nuevamente.
Tendre que tomar un colectivo para regresar a casa. Esperar cuarenta y cinco minutos por reloj y agradecer si el colectivero decide parar.
Volver escuchando musica, y rezar para no quedarme sin bateria en el celular.
En el viaje de regreso, miro a la gente subir y bajar del colectivo.
Solo intento descubrir que piensan, de donde vienen y a donde van.
Se termino el recorrido, fin del juego, llegue a casa.
Dejo mi abrigo de verano, que no es tan abrigo, y mi bolso sobre el sofa.
Voy a la cocina, preparo un te y abro uno de los paquetes de mis galletitas preferidas, esas que tengo de reserva, escondidas.
Pongo musica en la computadora, para llenar el ambiente y miro por la ventana.
Miro por la ventana y ya no veo caos.
Solo veo mi ciudad, otra vez.
Edificios altos, carteles luminosos (que se ven aún al mediodia), trenes larguisimos, autopistas interminables, autos por doquier y barcos enormes.
Miro por la ventana y deseo encontrar algo distinto.
Un cielo repleto de estrellas, edificios no tan altos, las calles no tan llenas, el mar azul.
Miro por la ventana y veo la ciudad, otra vez.
Voy a trabajar escuchando la musica que me encanta, perdida entre notas y letras.
A lo lejos se escuchan las sirenas de algun camion de bomberos, una orquesta de bocinas, motores e insultos. Estoy llegando al local donde trabajo, se largo a llover.
Lo mas probable es que vuelva a salir el sol durante mi turno y que cuando sea la hora de irme, se largue la lluvia nuevamente.
Tendre que tomar un colectivo para regresar a casa. Esperar cuarenta y cinco minutos por reloj y agradecer si el colectivero decide parar.
Volver escuchando musica, y rezar para no quedarme sin bateria en el celular.
En el viaje de regreso, miro a la gente subir y bajar del colectivo.
Solo intento descubrir que piensan, de donde vienen y a donde van.
Se termino el recorrido, fin del juego, llegue a casa.
Dejo mi abrigo de verano, que no es tan abrigo, y mi bolso sobre el sofa.
Voy a la cocina, preparo un te y abro uno de los paquetes de mis galletitas preferidas, esas que tengo de reserva, escondidas.
Pongo musica en la computadora, para llenar el ambiente y miro por la ventana.
Miro por la ventana y ya no veo caos.
Solo veo mi ciudad, otra vez.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Yo quiero contarte algo. Vos, ¿que me contas?